Fiona Apple: la potencia de la vulnerabilidad

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Por: Valentina Winocur (@mevalele)
Ilustración: Julia Reyes Retana (@julitareyes)

Hace menos de un mes salió Fetch The Bolt Cutters y, a como va la cosa, es muy probable que sea de lo mejor que nos trajo el 2020. Esta joya llegó a nosotras en tiempos de pandemia y fue como un abrazo estridente, un recordatorio de que el mundo sigue dando vueltas y nosotras, aferradas para no caernos, seguimos creando. No es mi intención evangelizar con mis gustos musicales pero hay que decirlo con todas sus letras: Fiona Apple es una leyenda. Y este disco es sólo una prueba más.  

Detrás de este lanzamiento, que se viene cocinando desde 2015, está el regreso de una mujer que sentó precedentes para muchas cantantes. Fiona es una pianista, compositora, poeta y cantante extraordinaria. Ha apoyado y dado seguimiento a la lucha de los y las migrantes, así como del colectivo LGBT, entre otros. A nivel personal, su compromiso ha sido con la honestidad, y esto se puede advertir tanto en las letras de sus canciones como en sus declaraciones públicas. Fiona ha hablado con una franqueza estremecedora sobre temas fundamentales para la agenda feminista, como el abuso sexual, la violencia psicológica, la salud mental, los tratamientos psiquiátricos y los trastornos alimenticios. Este acto de valentía en primera persona ha logrado escabullirse y resonar en un mundo dominado por hombres.

En una entrevista en los noventa, décadas antes del MeToo y del destape de denuncias y señalamientos, Fiona desmiente que su canción Sullen Girl, incluida en su primer álbum Tidal (que vendió 2.7 millones de copias), estuviera relacionada a una separación amorosa y cuenta que la letra es sobre la violación que vivió a los 12 años llegando a su casa, cuando la atacó un desconocido que se parecía a Jimmi Hendrix.

“They don’t know I used to sail the deep and tranquil sea / But he washed me shore and he took my pearl / And left an empty shell of me” 

Sería imposible pasar por alto en la narrativa de Fiona Apple que en 1997, con tan solo 20 años de edad y un fama prometedora, dio un discurso que incendió los medios al recibir el premio MTV a Mejor Artista del año. En lugar de agradecer y emocionarse por el reconocimiento, Fiona citó a Maya Angelou y declaró sin escrúpulos refiriéndose a la industria musical: “This world is bullshit. And you shouldn’t model your life about what you think that we think is cool and what we're wearing and what we're saying and everything. Go with yourself. Go with yourself." (“Este mundo es una mierda y no deberían moldear sus vidas por lo que ustedes creen que creemos que es cool, por lo que vestimos, por lo que decimos. Sean ustedes mismos”.) 

El título Fetch The Bolt Cutters, cuya difícil traducción al español podría acercarse a “Tráete las tenazas”, hace referencia a una línea de la serie The Fall, en la que Gillian Anderson (quien es una detective) dice esta frase antes de abrir una habitación en la que una víctima había sido torturada sexualmente. Al igual que todos sus álbumes anteriores, éste es el resultado de un largo periodo de introspección. Fiona lo grabó y produjo desde su casa en Venice Beach en donde vive con su amiga Zelda Hallman y de donde no sale desde hace años más que a pasear a su perra. Ella controló todas las decisiones de producción y asegura que el hilo conductor es “no tener miedo a hablar” aunque afirma que tiene millones de historias más sobre los predadores sexuales que ha conocido en su carrera y que, cuando sea más grande y no tenga problemas legales por eso, escribirá un libro con todo lo que quiere decir.

Kick me under the table all you want
I won't shut up
I won't shut up

Sin lugar a dudas este disco, al igual que el legado de Fiona Apple, es una oda al feminismo y una reivindicación de la vulnerabilidad.

Valentina Winocur (@mevalele) Es mexicana y argentina. Escritora y editora. Estudió Comunicación Social en la UAM Xochimilco y una maestría en Creación Literaria en la Pompeu Fabra. Es feminista y está harta. Obtuvo la beca de la FLM y el FONCA. Siempre anda como quien no quiere la cosa. Pertenece a la generación millenial pero todavía no abre Tiktok. Tiene más preguntas que comentarios. Odia escribir pero le encanta haber escrito.

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